“Now I’ve had the time of my life no, I’ve never felt like this before yes I swear it’s the truth and I owe it all to you”
Si al leer esto no se te viene una música a la cabeza, si no puedes visualizar por un momento una escena de una película y si no se apoderan de ti las ganas de cantar, no continúes leyendo. Es increíble el poder que tiene el cine en nuestras vidas, hay historias que forman parte de nuestra vida y otras que por la importancia que tuvieron en su época se han quedado grabadas en el imaginario de cualquiera.
¿Quién no ha visto alguna vez Dirty Dancing? No importa si no has querido bailar como Baby y tener un Patrick Swayze a tu lado que te enseñara los pasos correctos o si no te saben algún diálogo de la película de memoria. Para muchos no es lo que se diría una buena película pero lo que es innegable es que ha sido el símbolo de una generación y, en contra de todos los pronósticos, se convirtió en un éxito, hasta el punto de que todos los años tiene un lugar de excepción en las parrillas televisivas de medio mundo. La película se rodó en varios lugares, entre ellos estudios, por lo que no es fácil identificar un solo lugar con la mayoría de sus escenas, pero sí que existe un hotel que apareció en varios momentos y que, si sabes de lo que estamos hablando, identificarás fácilmente. Se trata del Mountain Lake Lodge, un resort situado en Virginia, en Estados Unidos. Es un refugio entre las montañas Blue Ridge que ofrece una estancia tranquila y rodeada de naturaleza a todos aquellos que decidan alojarse en él. Cada época del año tiene su encanto, no solo se puede viajar en verano a él –fecha en la que aparecía en Dirty Dancing-. Además, debido a su ubicación se pueden realizar multitud de actividades al aire libre, por lo que es perfecto para viajar en familia o con amigos, además de ser idóneo para relajarse en pareja entre paseos y unas vistas inmejorables. El ritmo pausado que respira este lugar se contagia de manera impensable.
Su historia se remonta a 1880, cuando este punto era el lugar perfecto para relajarse y disfrutar de la naturaleza. Abetos, manantiales subterráneos y un lago entre las montañas. Muchas familias acudían al lugar para pasar el día y algunos, los que repetían verano tras verano, incluso construyeron sus propias cabañas. Décadas después, fue propiedad de la familia Moody y posteriormente se construyó el hotel, que fue reformado en el año 2012. Los huéspedes se pueden alojar en el edificio principal de piedra o bien en pequeñas cabañas de madera, lo cierto es que recorrer aquellos lugares que recuerdan a Dirty Dancing será una experiencia inolvidable para los fans de la película. Como, por ejemplo, el templete en el que se daban clases de baile o el edificio principal en el que se celebra el show de fin de verano.
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