Una ascensión fascinante que podemos acometer con o sin experiencia en montaña. Préparate para ascender al Kilimanjaro en unas vacaciones que jamás olvidarás y que te permitirán alcanzar todo un símbolo del Continente Negro.
Sobre suaves colinas y mesetas al norte de Tanzania, se levanta el pico nevado del Monte Kilimanjaro, Parque Nacional y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 1987. Es un volcán, un triple volcán con tres cimas: Kibo, Mawenzi y Shira, cráteres de origen volcánico, entre los que destaca el pico Uhuru en el monte Kibo, el punto más alto de la montaña, con 5.895 metros de altitud. Es el lugar más alto del continente africano y parte del grupo conocido como ‘las 7 cumbres’.
Subir al monte Kilimanjaro es una de las mágicas experiencias de los que visitan Tanzania. Pocas montañas pueden presumir de las impresionantes vistas sobre el Parque Nacional de Amboseli en Kenia, el Valle del Rift, y la estepa Masai, que pertenece al Kilimanjaro. Hacer senderismo en el ‘techo de África se puede convertir en la aventura de tu vida, sobre todo porque, seas un experto excursionista o no, puedes escalar el pico nevado sin problema. El trekking del Kilimanjaro permite alcanzar la cima sin necesidad de emplear técnicas ni material de escalada.
Situado cerca de la ciudad de Moshi, este gigante se ubica en un área protegida y cuidadosamente regulada para que los escaladores puedan disfrutarlo sin dejar rastro de su presencia. Aproximadamente 20.000 visitantes intentan cada año llegar a su cumbre. La ascensión puede hacerse por diferentes vías, de manera individual o en un grupo organizado, pero siempre acompañado de guías y porteadores autorizados por las autoridades turísticas de Tanzania.
Existen rutas bien establecidas por todas sus vertientes, aunque las más utilizadas son la ruta Marangu y la ruta Machame. Pero hay que saber que la subida está regulada por las autoridades con la obligación de obtener un permiso previo. En necesario que tengas en cuenta algunos conceptos básicos antes de emprender esta apasionante aventura.
Elegir la ruta es lo más importante. En Marangu encontrarás más comodidades, como refugios, pero también más gente. Machame es más alpina y tranquila, y discurre por la cara sur al igual que Umbwe. Rongai por la cara norta es la más seca y menos bonita. Lemosho y Shira, arrancan desde la parte occidental de la montaña, y son rutas largas y en general menos transitadas. Lo más importante para subir el Kilimanjaro es que si asciendes muy rápido vas a tener problemas de aclimatación. Así que lo mejor es optar por rutas de más de cinco días. Con rutas de siete u ocho días tienes más opciones de éxito.
No son necesarios conocimientos de escalada para ascender pero sí es recomendable estar en buena forma física. Si estás acostumbrado a realizar caminatas, senderismo, o montaña es muy probable que sea más que suficiente para llegar a la cima en Uhuru Peak. Las personas muy entrenadas tienen que intentar no correr demasiado en las primeras etapas de la ascensión para no tener luego problemas con la altura.
Desde el campamento se puede ver la ciudad de Moshi. Las luces brillan tranquilizadoras por la noche, pero de día la civilización parece estar muy lejos desde las crestas del Kilimanjaro. Los senderos de arena serpentean laderas abajo pero la caminata hasta la cima no permite deslizarse por ellas, hay que descansar al máximo para acometer el trekking con las pilas cargadas.
El ascenso se realiza entre montones de roca de pizarra y en algunos tramos la pizarra cubre por completo el camino. El Kilimanjaro es una de las cumbres altas más accesibles del mundo, y la mayoría de los escaladores alcanzan el borde del cráter con poco más que un bastón, ropa adecuada y determinación. Los que llegan a Uhuru Point, la cumbre propiamente dicha, obtienen sus certificados de escalada, además de una recompensa sin igual, las maravillosas vistas.
Pero hay más. El ascenso es una visita a los climas del planeta, porque pasaremos desde el trópico hasta el Ártico. Incluso antes de cruzar los límites del parque nacional, sobre los 2.700 metros de altitud, las zonas de cultivo dan paso a exuberantes bosques montañosos habitados por elefantes, leopardos, búfalos, antílopes de Abad en peligro de extinción, y otros antílopes pequeños y algunos primates. Más arriba se encuentra la zona de páramos, donde el brezo gigante está salpicado de lobelias gigantes que parecen de otro mundo. Por encima de los 4.000 metros, el paisaje se convierte en un desierto alpino con algunos musgos y líquenes. Y finalmente, el último vestigio de vegetación da paso a las maravillas del invierno el hielo y la nieve, y a la magnífica belleza del techo del continente.
Son muchas las empresas y agencias que organizan estos viajes, simplemente apúntate a alguno de ellos. Visitar Tanzania es toda una aventura, pero poder subir al Monte Kilimanjaro es una experiencia única y enriquecedora.
Fuente: Viajestic.Atresmedia